lunes, 6 de julio de 2009

FAUNA Y FLORA




FAUNA Y FLORASe han registrado 191 especies endémicas de mamíferos que equivalen al 51,8% de la mastofauna nacional. En cuanto a la diversidad de aves se ha registrado 460 especies de aves en un área de 12 Km.2 en Limoncocha.
La mayor parte de especies de reptiles habitan en las zonas bajas, en la Amazonía aproximadamente el 29.6% de las especies de anfibios y el 27,8% de las especies de los reptiles, por ejemplo Duellman citado por Campos, se estima 86 especies de anfibios y 87 de reptiles en Santa Cecilia en Sucumbíos. ( Ecociencia, UlCN-2000)
A comienzos de la década de los 90 se reconocía que la Amazonía albergaba el mayor número de especies de peces aproximadamente el 72% del total nacional que, según datos de citados por WWF y Fundación Natura en 1998 llega al rededor de 1.340 especies que equivale al 7,1 % del total mundial. En la cuenca del río Napo se encontraron 470 especies de peces número que supera los registros de cualquier otro sistema hidrográfico de tamaño similar en el mundo. ( Ecociencia, lUCN 2000) En una hectárea de bosque en el Parque Nacional Yasuní se registraron 60.000 especies de invertebrados terrestres (Ecociencia, UlCN 2000)
En la Amazonía se han identificado 9 formaciones vegetales, en algunas de ellas como la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, la diversidad alfa (localizada en un espacio específico) ha reportado un record mundial de 307 especies de árboles de diámetro superior a 10cm en una hectárea de bosque. Por otra parte la diversidad beta (dependiente de la variedad de ecosistemas y hábitat) es relativamente pequeña. La Amazonía alberga alrededor de 4.857 especies de plantas. (Acción Ecológica -2000)
DISTRIBUCION GEOPOLITICAAdministrativamente la región amazónica está dividida en 6 provincias: Sucumbíos, Napo, Orellana, Pastaza, Morona Santiago, Zamora Chinchipe. Para 1996 la población aproximada era de 539.933 habitantes. La tasa de crecimiento poblacional es del orden del 4,4 % anual, las provincias con mayor crecimiento son Napo Orellana y Sucumbíos debido a la apertura de carreteras para la actividad petrolera.
El Oriente ecuatoriano posee una gran riqueza cultural: es el hogar de ocho nacionalidades nativas. Se estima que la población nativa del Oriente comprende entre 85,000 y 250,000 habitantes, esto es, entre el 25 y el 50 por ciento de la población total de la región. Los dos grupos más grandes de la población nativa del Oriente son los Quichua y los Shuar. El resto de poblaciones nativas se compone de los Achuar, Cofán, Huaorani, Secoya, Shiwiar y Siona. El número total de Huaorani es de aproximadamente 1.580 individuos, el de los Shiwiar de unos 600, y el de los Secoya y Siona juntos, de aproximadamente unos 350. La población Cofán, que anteriormente llegaba a 15.000 personas, cuenta en la actualidad con alrededor de 650.
En estudios recientes se identificaron a más de 700 especies de plantas que los pueblos nativos utilizan con fines medicinales, nutritivos, domésticos y religiosos. La pesca y la caza de animales silvestres son fuentes de proteínas y calorías, y las comunidades dependen de los ríos, riachuelos y lagunas para realizar sus actividades de pesca y recolección, la obtención de agua dulce para la cocina, lavado de ropa e higiene personal, y como medio de transporte. La yuca es cultivada en chacras familiares y constituye la mayor fuente de carbohidratos para la población. En general, los hombres hacen desmonte a los bosques para nuevas chacras, mientras que las mujeres las cultivan.
Las prácticas del uso de la tierra de los pueblos nativos del Oriente están basados en un profundo y sofisticado conocimiento de los sistemas ecológicos de la región, y en una administración integrada de sus recursos naturales. Por ejemplo, los terrenos cultivados por los nativos son frecuentemente diseñados de manera tal que no sólo proveen una fuente substancial de carbohidratos, sino que facilitan también la caza y la recolección, aun cuando dichos terrenos no están siendo sembrados. Así, ciertos árboles de nueces y frutas son intencionalmente sembrados con el propósito de incrementar la productividad de los terrenos, fomentar el retorno de los bosques, y atraer a ciertos animales de caza.
La destrucción de los bosques tropicales ha sido ampliamente publicitada; sin embargo, las culturas nativas están desapareciendo mucho más rápidamente que los bosques. Tan pronto los grupos nativos han experimentado el desarrollo económico, sus sistemas de vida, de creencias y de lenguaje han cambiado y la transmisión del conocimiento tradicional ha disminuido. Mucho de los conocimientos de los nativos ya se han perdido y ésta pérdida irrecuperable en un sentido real en una pérdida de conocimientos científicos tradicionales.

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